lunes, 26 de noviembre de 2018
miércoles, 31 de octubre de 2018
miércoles, 10 de octubre de 2018
sábado, 21 de julio de 2018
[ESPECIAL] En busca de un giallo decente (3)
Hace poco, un amigo que conoce mis gustos cinematográficos
me comentaba que tenía que estar contento, que el giallo volvía a estar de
moda. Y sí, desde luego el género parece haber reflotado (aunque, como comenté
el otro día, realmente en Italia nunca se dejó de hacer) y cada vez hay más
“neogiallo”. Sin embargo, las pocas que he visto no me acaban de gustar, sobre
todo porque hay una cosa que los amantes del género a veces parecemos olvidar.
El giallo es un subgénero de explotation. Esto significa que las películas eran
de poco presupuesto y que buscaban el impacto típico que busca la serie B:
remplazar la falta de presupuesto con morbo, sexo y violencia. Los directores
italianos de giallo eran machacas que hacían gialli porque estaba de moda,
igual que la mayoría hizo también péplum, western, pelis de caníbales y zombis,
fantaterror y, bueno, lo que estuviera de moda en la época (puede que la gran
excepción a esto sea Argento, pero este es un caso a parte tanto por su familia
(productores de cine) como por la manera en que lo petó con “El pájaro de las
plumas de cristal”, pero vaya eso es otra historia). Así pues, es lógico que en
el giallo haya una cantidad ridícula de tetas completamente gratuitas, igual
que los asesinatos son absurdamente coreografiados y las víctimas tengan
aproximadamente 80 litros de sangre. Hoy, en particular, veremos dos ejemplos
de giallo con tetas, muchas, muchas (demasiadas) tetas.
(Antes de nada, me gustaría recordar que la lista esta es mi
opinión. Cuando diga si una peli “pasa el corte” o no, lo hago bajo mi
criterio. Aún no he recibido hate (para eso alguien debería leerme, pero nunca
está de más ponerse la venda antes de la herida, y más cuando hoy critico una
peli que suele estar en las listas de mejores gialli).
miércoles, 18 de julio de 2018
[ESPECIAL] En busca de un giallo decente (2)
Cuando hablamos del “giallo”, hay una serie de cosas que debemos
de tener en cuenta. Una de ellas, es que, a diferencia de lo que se cree, en
general nunca se ha dejado de hacer giallo, igual que nunca se ha dejado de
hacer péplum, western o slasher. Por lo tanto, no es un género exclusivo de los
70. De hecho, y esto es otra cosa importante, el origen del giallo es en los 60
(aunque bueno, si estáis aquí leyendo esto, seguramente ya lo sabríais). Es más,
“Seis mujeres para el asesino”, que no es ni la primera, es del 64. Sin embargo,
hay una fecha que es clave para el giallo tal y como se conoce hoy en día, el
71, cuando se estrena “El pájaro de las plumas de cristal”. Realmente es esta peli
la que define las características más importantes del género: elementos como la
violencia gráfica y coreografiada, por ejemplo, no eran comunes, aunque ya
aparecían. En resumen, son esos nueve años que separan “La muchacha que sabía
demasiado” y “El pájaro de las plumas de cristal” donde encontramos los gialli
más diferentes, más curioso y, bueno, más irregulares. Hoy veremos dos ejemplos
de esto:
martes, 26 de junio de 2018
[ESPECIAL] En busca de un giallo decente (1)
No hace mucho, por Twitter (por cierto, os insto a que me
sigáis. Hago muchos RT y, bueno, esto…), una persona dijo que los seguidores
del giallo tenemos que escarbar para encontrar algo bueno, porque hay muchos
títulos y la mayoría son muy mediocres. Y, bueno, tiene más razón que un santo.
Hay que tener en cuenta dos cosas: el giallo fue un género súper popular en Italia
en los 60 y, sobre todo, en los 70 y que se considera un género de exploit. Esto
significa que se realizaron muchos, muchos gialli, en muy poco tiempo, con poco
dinero y con directores que eran auténticos machacas. Según Wikipedia (la versión italiana), en apenas 19 años (del 63 que se rueda La chica que sabía demasiado
al 82 con Tenebre) se hicieron 220 películas. 220, sin contar las más modernas,
la época de decadencia de los 80 y 90 y el resurgimiento de los 2000 y, sobre
todo, 220 solo en Italia.
jueves, 24 de mayo de 2018
No veas este anuncio: Mayo
Son tiempos oscuros. Los nacionalismos y el patriotismo exacerbado invade nuestra vida. La derecha avanza de manera inescrutable. El machismo, el racismo y la homofobia no solo resisten, sino que parecen más fuertes que nunca. La corrupción está tan establecida y es tan sistemática que parece ya común, ni nos escandaliza. La justicia ha perdido completamente su credibilidad. Personas son encarceladas por tuits, canciones, ideas. Las injerencias de la política a los jueces son constantes. Y, lo peor de todo: HE VUELTO. Diría que para quedarme, pero todos sabemos lo intermitente que soy.
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