sábado, 21 de julio de 2018

[ESPECIAL] En busca de un giallo decente (3)



Hace poco, un amigo que conoce mis gustos cinematográficos me comentaba que tenía que estar contento, que el giallo volvía a estar de moda. Y sí, desde luego el género parece haber reflotado (aunque, como comenté el otro día, realmente en Italia nunca se dejó de hacer) y cada vez hay más “neogiallo”. Sin embargo, las pocas que he visto no me acaban de gustar, sobre todo porque hay una cosa que los amantes del género a veces parecemos olvidar. El giallo es un subgénero de explotation. Esto significa que las películas eran de poco presupuesto y que buscaban el impacto típico que busca la serie B: remplazar la falta de presupuesto con morbo, sexo y violencia. Los directores italianos de giallo eran machacas que hacían gialli porque estaba de moda, igual que la mayoría hizo también péplum, western, pelis de caníbales y zombis, fantaterror y, bueno, lo que estuviera de moda en la época (puede que la gran excepción a esto sea Argento, pero este es un caso a parte tanto por su familia (productores de cine) como por la manera en que lo petó con “El pájaro de las plumas de cristal”, pero vaya eso es otra historia). Así pues, es lógico que en el giallo haya una cantidad ridícula de tetas completamente gratuitas, igual que los asesinatos son absurdamente coreografiados y las víctimas tengan aproximadamente 80 litros de sangre. Hoy, en particular, veremos dos ejemplos de giallo con tetas, muchas, muchas (demasiadas) tetas.
(Antes de nada, me gustaría recordar que la lista esta es mi opinión. Cuando diga si una peli “pasa el corte” o no, lo hago bajo mi criterio. Aún no he recibido hate (para eso alguien debería leerme, pero nunca está de más ponerse la venda antes de la herida, y más cuando hoy critico una peli que suele estar en las listas de mejores gialli). 
   



La muerte tiene ojos

Voy a ser claro: la introducción era sobre todo por esta peli. “La muerte tiene ojos” es un giallo muy, muy especial, tanto que es más una peli erótica que un giallo. Partiendo de esa base, ya podemos imaginar lo que nos encontramos: muchas tetas (el primer desnudo es en el minuto 3), algún que otro pene, muchas escenas de sexo que incluyen simulaciones de sexo oral tanto masculinas como femeninas o sexo lésbico, una masturbación femenina y el arma más fálica que he visto nunca. ¿El problema? Que si hubieran intentado hacer un “Lady Chatterly” o un “Emmanuelle” pues sería perfecto, pero el director se mete en un lío que mezcla todo eso con un giallo absurdo y una subtrama de drogas también absurda. ¿El resultado? Una peli que no sabe a donde va, ni de donde viene, ni que intenta, con un asesino sorprendente (por lo increíblemente absurdo), con sangre pero que no muestra asesinatos. Vaya, una amalgama ridícula que ni acaba de ser erótica ni acaba de ser un buen thriller.
Sin embargo, siendo justos, hay que reconocer que la peli es esclava de su tiempo. Y que, como he dicho antes, el giallo busca vender, moviéndose en un terreno que el mainstream no te deja y esta lo tiene: mucho sexo y mucha sangre.   
Valoración: Se me hace difícil poner una valoración clara. Personalmente no me parece un buen giallo (ni una buena película erótica), pero es desde luego curioso.




La perversa señora Ward.

Si la anterior se me hace complicada de analizar, esta más. La perversa señora Ward es una película bastante mítica de Sergio Martino. Suele estar de las primeras en las listas de mejores gialli y, bueno, desde luego tiene muchas virtudes. ¿El problema? O, mejor dicho, ¿mi problema? Pues que Martino no me gusta nada en absoluto. Es algo irracional, soy capaz de ver que Martino tiene cosas buenas, pero hay algo en él que no me gusta en absoluto, puede que el uso y abuso de desnudos femeninos, puede que “la suciedad” que destilan sus pelis, no sé, es algo parecido a lo que me pasa con Fulci (otro mítico también y al que ya le caerán hostias). El otro problema particular que tengo con la peli es algo típico que pasa cuando ya has visto bastantes gialli: como ya he dicho alguna vez, unos se dedicaban a copiarse a los otros. En este caso, Martino utiliza una serie de tropos que otros repiten una y otra vez. La cosa es que, al ver esta peli más tarde que otras que le copian, no me parece original, y como no me parece un director especialmente talentoso, da la sensación que los otros lo hacen mejor. Bueno, una vez soltada mi turrita, vamos al lío: La señora Ward es la mujer de un embajador en Venecia. Allí, entre fiestas y lujos, descubre que corre serio peligro ya que hay un asesino en serie que la persigue. Los tres sospechosos: su marido, su amante y su examante.
Cosas Buenas: La perversa señora Ward está muy bien resulta, tiene un giro que en su época (y si no has visto las que le copian –ejem, Tenebre, ejem-) era bastante novedoso y, en definitiva tiene bastantes cosas que la hacen un buen giallo.      
Cosas Malas: Martino tiene un defecto: tira demasiado de tetas. Como ya he comentado muchas veces, lo entiendo, es lo que se buscaba en la época. Pero no es tan mal director como abusar de ello, ni tan bueno como para que nos olvidemos de esto en favor de todo lo demás. Esta peli, dentro de sus grandes virtudes, es una muestra clara de eso. 
Valoración: igual que en la otra, muy, muy difícil hacerla. Nada más verla no me gustó en absoluto, pero escribiendo sobre ella, y pensándolo, he sido capaz de ver sus puntos positivos. Personalmente, no pasa mi corte, pero entiendo que otros la valoren.


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