lunes, 19 de octubre de 2015

[ESPECIAL] Sitges 2015 + El asesino de muñecas


Como sabréis, ayer domingo acabó el festival de Sitges y, obviamente, servidor no se lo podía perder. Pero, no sólo eso, aprovechando la ocasión, traigo una entrada muy especial: no una, sino cinco películas.
Empecemos, obviamente, por el principio. Como ya he dicho, el domingo me dejé caer por Sitges, concretamente para ir a un maratón de esos finos que hacen.

El maratón, pese a ser de cinco pelis, sólo aguantamos a ver cuatro, que fueron las siguientes:


The devil's candy:
Un matrimonio con una hija se muda a una casaza en Texas, barata, grande, bonita. ¿El truco? Era la casa de los padres de un psicópata que dice hablar con el diablo. Un meeh en toda regla. Nostámal. Entretenida, sí. Corta y bueno, pues como que tampoco parece que pase nada.


Yakuza Apocalypse:
Una locura Made in Japan, concretamente obra de Miike. Imposible resumirla. Yakuzas vampiros, diablos japoneses, ranas gigantes que escupen fuego... Divertida, rara, muy rara. Un Belial Approved en toda regla.


Baskin:
La mejor de las cuatro, con diferencia, la turca. Un grupo de policías reciben un aviso para ir a las afueras, a una antigua comisaría, donde algo raro sucede. Gore, divertida cuando tiene que serlo, con toques oníricos también. Muy, muy recomendable


The invitation:
La ganadora del festival y, para mi gusto, un bluff. Una pareja recibe una invitación para ir a una fiesta en casa de una amiga especial: la ex-mujer del chico y madre de su difunto hijo. Al llegar, el chico ve que algo raro ocurre. A ver, no me malinterpretéis, no es una mala película ni mucho menos, pero no me parece digna ganadora. El problema es que, como es tan sumamente evidente lo que va a ocurrir, intentan jugar con la idea y con la locura, tanto de los anfitriones, como del protagonista y lo consigue, pero a un alto precio: hora y media de no pasar nada, para que todo se resuelva en los últimos 20 minutos. Eso sí, el detalle final magistral.

Pero vayamos con el plato fuerte, el locurote, esa pequeña obra maestra: El asesino de muñecas.

La película empieza fuerte: Un hombre, concretamente el director,  desmonta y desnuda una muñeca mientras NOS CUENTA LA PELI. Musicote, que en este caso no es mentira, la música corre a cargo de Alfonso Santisteban, del mítico Alfonso Santisteban, y títulos de créditos, donde podemos ver el proceso de fabricación de un maniquí, algo que siempre es interesante. Bueno, comienza la película en sí: Unos minutos intrascendentes que sólo sirven para ver a David Rocha en bici, el Parc Güell, donde se supone que vive el chaval con sus padres y enterarnos que al chico le han suspendido. De repente, se hace de noche en el parque. La misma bicicleta y vemos a una persona con una máscara y una peluca que espía a una pareja que se está magreando. El plano de la pareja se superpone a gran velocidad y repetidas veces con el de la máscara y el chaval se está liando con un maniquí. En la vida real, el novio, que es un tanto gilipollas, se queda a medias y se va, dejando a la chica sola. El asesino aprovecha y, bueno, la asesina, que para eso está.

Al día siguiente, aparece la policía en el parque, para retirar el cuerpo. Pol (David Rocha) comienza a marearse y PAM, cambio de plano raro, vemos a un niño en bici que juega con Margaret, la muñeca parlante más rara del mundo (con super frases como: estoy cansadita, me duelen los pies, no me aprietes tan fuerte...). El niño cabrón, se va a la ventana de Pol, que no sólo ha llegado a la velocidad del rayo a su casa, sino que además se ha cambiado, para comenzar a pegar a Margaret violentamente contra las piedras. Cada golpe a Margaret, es como si fuera un golpe a Pol, que chilla fuerte, hace la loca y se soba, hasta que tira una maceta contra la ventana y la rompe. Es lógico que ha estás alturas de película estéis con cara rara, no entendáis nada, puede que incluso os replanteéis la vida. PUES LO QUE QUEDA.


De vuelta al parque, el niño cabronías está quemando un decorado o algo así. Pero no problemo, porque aparece Pol, que se ha vuelto a cambiar y ahora va descamisao y enseñando el pelo del pecho, para apagar el incendio. Obviamente, tooooodo esto no aporta absolutamente a la trama (o lo aporta todo, según se mire). Pol, después de hacer la locaza un poco más y confesarle veladamente a su madre que es el asesino, vuelve al parque a buscar al niño, que parece que ahora son amiguitos. O algo, no sé. Después de una conversación la mar de rara, Pol se descamisa y medio enviolina al niño. De verdad.


El abuelo va al rescate del niño, pero a este parece que le ha gustado, porque empieza a darle patadas. El abuelo se las va a devolver cuando PAM otro cambio de plano magistral. De verdad, que yo no entiendo nada. Por suerte, en esta ocasión es con una buena causa: que podemos enterarnos una puta vez de algo. A ver, breve resumen: Pol es el hijo del jardinero, que vive en el parque propiedad de una marquesa buscona. La marquesa, a parte de arrimarse a Pol, les da vacaciones a sus padres, así que el chaval se queda a cargo de las plantas. Además, vemos que Pol estudia medicina, que quiere ser cirujano, pero que le han echado, algo lógico porque le da miedo la sangre. Suponemos que el hecho de que esté como una puta regadera también influye. A parte de eso, podemos ver como la marquesa creía que en realidad Pol era una niña, algo importante en realidad.


Con los padres fuera, Pol puede aprovechar para hacer lo que más le gusta: pasearse medio en pelotas e inquietar mirando mariposas disecadas. Esto parece que no, pero es algo relativamente importante, porque la película se basa en planos de David Rocha medio en pelotas (o directamente en pelotas), mientras o bien sobre actúa haciendo de locaza, o bien inquieta y tiene conversaciones raras con su amigo niño, con la marquesa o con su madre. Aunque bueno, ya nos lo han advertido al principio, un descenso a la locura, pero del espectador si aguante entera. Sin saber muy bien como han llegado allí, Pol comienza a auscultara al niño, mientras vuelve a magrearle, mientras tiene flashbacks del profesor que le suspendió. Esto le causa una locura fuerte en el cerebro, o argo, porque se pone la peluca y la máscara y hace el ademán de rajar al niño con un bisturí hasta que lo interrumpen unos que pasean por el parque para comprarle una rosa. (Llevamos media hora de película y paso de comentar todos los putos fallos de raccord, pero la película está plagada. Repito, sólo media hora de peli. Si a estas alturas seguís leyéndome, de corazón, gracias).


Otra vez de noche, Pol vuelve a ponerse su máscara y su peluca para matar a una pareja que estaban follisqueando. Tonterías comparado con la escena importante de verdad: David Rocha duchándose. El culo de David Rocha en primer plano (por cierto, el actor es bastante cojonudo como persona y va agregando as sus fans a fb Y sí, sé que esto no so importan). La marquesa, alertada por los gritos, va a casa de Pol, que la recibe en toballa. Bueno, alertada por los gritos no, va a calzárselo y se lo dice claramente. Chasquido de dedos y PAM, estan en casa de la marquesa. No, yo tampoco sé que ha pasado. Pese a todo, Pol, que ha vuelto a quedarse en gallumbos, decide que no se la va a calzar. No sé si os lo había dicho antes, pero es la segunda vez que veo esta película y sigo sin enterarme de una mierda, además.





Después de unas fantasías oníricas que paso completamente de describir, pero que sirven para ver algo de carne femenina, no sólo la del bueno de David, vemos que Pol se ha cargado a otra chica, o está llevando el cuerpo de la anterior, no sé, me duele bastante la cabeza. Al despertarse, Pol ve a la hija de la marquesa, Inma de Santis, de la que se enamora prácticamente a primera vista, y que está tocando una versión cutrona de "Para Elisa". Hay que remarcar que Inma era menor de edad cuando rodó está película, lo cual hace que me esté sientiendo un poco mal en estos momentos. Pol vuelve a su casa y, bueno, vienen más momentos de él y el niño haciendo el loco e inquietando, de la marquesa calentándole, Pol corriendo en plan locaza por el parque y momentos absurders hasta que llega el momento cúlmen de la película, por fin alguien nos explica algo: Pol no para de imaginarse a su hermana, que en realidad nos da a entender que vive en él. Vamos, que Pol tiene doble personalidad, la suya de puto enfermo y la de su hermana, de puta enferma y asesina.



Pese a que la enfermedad y una homosexualidad muy poco sutil, Pol comienza a tirarle flechas a la hija de las marquesa, parece que bastante recíprocamente, porque al minuto ya se le está montando encima. Todo esto, obviamente, carece de importancia al lado de OTRO PRIMER PLANO DEL CULO DE DAVID ROCHA EN LA DUCHA. Esto, además, nos lleva a que por fin nos expliquen la película: Pol, de pequeño, fue criado como su hermana muerta, lo cual le ha llevado a convertirse en una loca mala y asesina. Otra locura de plano absurdo (vaya, que no me he enterado como), la pareja se va a Montpelier. Sí, Montpelier, porque la película, pese a estar rodada en Barcelona, Sitges y creo que Vilanova, está ambientanda en Francia. Bueno, cosas del franquismo. En la ciudad, Pol se encariña con un maniquí y se van a la fábrica de maniquies, a pasar el rato, porque realmente esto si que no aporta absolutamente nada a la trama. En el enésimo giro raro, Pol es feliz con la hija de la marquesa, hacen el tonto por la playa y se dan besicos. De hecho, ahora que por fin se ha calzado a una mujer, no sólo ya no es una locaza, sino que tampoco mata. Repito: una mujer le ha curado su locura y, de paso, su poco sutil homosexualidad. MMM, dulce homofobia. Por cierto, inciso curioso, el director de la peli también era homosexual y se rumorea que, en realidad, la grabó su novio.





Sin embargo, en cuanto Inma de Santis vuelve a su casa, se vuelve otra vez majara perdido. Y entonces, viene la escena. La. Escena. La puta mejor escena de la historia. Indescriptible. Que cojones, adelante, la podéis vosotros mismos aquí. Tela, eh. ¿Os habéis repuesto? Va, dejo unos minutos. Tras otros momentos absurdos, vemos que la marquesa sigue en empeño de follisquearse al chaval, así que le invita a una fiesta. En casa de la marquesa, vemos que la hija le ha comprado un maniquí exactamente igual que ella al puto loco de su novio, algo de suma importancia aunque no lo parezca. Pol va al encuentro de su novio, mientras su madre está con su orgía (como ella misma dice en más de una ocasión), aunque echa de menos a Pol. Este, sin embargo, está muy ocupado haciendo el puto loco: coge al maniquí que le ha regalado y hace ver que lo opera a corazón abierto. Bueno, hace ver no, pilla el bisturí y le hace un tajo en to'l pecho. La marquesa, sin embargo, va a buscarlo, muy borracha y Pol, para que no vea a su hija, decide acompañarla a su casa. Esta vez, pese a todo, le sigue el juego hasta enajenarse e intentar apuñalarla, aunque es detenido por el mayordoma negro que, ya que está aprovecha y se la calza, pese a que en varios momentos la marquesa le pide que pare.



Pol llega a casa para dejar el maniquí en la cama de la hija de la marquesa. No lo he dicho, pero hay una concepción del espacio y del tiempo bastante curiosa en esta peli y pasan de tardar segundos a estar en la otra punta del parque como si nada. Pol decide acostarse con el maniquí en la cama de la hija (todo muy normal) para descubrir que, sorpresa, el maniquí está intacto y, en realidad matado a su novia. En la escena final descubre que realmente ha matado a esas mujeres y no a muñecas como él creía. FIN.


Buuuufff, eh. Canela en rama. Es una película que...bueno, que película. Creo que ya lo he dicho, yo le tengo bastante cariño. Una locura maravillosa, una cutrez sin sentido, pero que ejerce un poderosa atracción que te impide dejar de verla, una película de culto. Eso sí, los cinco Tunkas no se los quita ni Dios.


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